jueves, 26 de noviembre de 2015

Little Secrets: Número 6

Número seis

Jane dormía plácidamente.
Alguien entró lentamente a su cuarto.
Sacó una daga mientras sonreía silenciosamente.
Iba a matarla.
Se iba a librar de ella.
Pero un par de ojos azules se abrieron.
Y la sombra se escabulló lentamente, sin que Jane si quiera supiera que alguien quería asesinarla.
***
Jane y Cameron estaban tomados de la mano a la hora del almuerzo.
Mack hablaba animadamente con Dylan.
Todos felicitaban a Jane y Cameron, que no podían estar más felices.
Cameron la veía muy contento. Al fin lo sabía todo sobre ella.
***
Era la clase de educación física. Jane corría por la cancha junto a sus compañeros.
Cuando terminó la clase el profesor, Max Lown, le pidió que se quedara un momento. ¿Qué querría decirle?
-         Srta. White- susurró- ¿Cómo le va?
-         Muy bien, gracias.
La miró fijamente.
-         ¿Se siente bien? ¿Segura?
-         ¿Segura? ¿De qué está hablando?- preguntó lentamente.
-         Sólo… ¿no ha ocurrido nada extraño?
Jane entrecerró sus ojos.
¿Era posible que aquel hombre fuera como ella?
Decidió no confiar en él.
-         No.
-         Bueno, será mejor que tengas cuidado. Puedes correr peligro.
-         Em… Gracias.
Jane se alejó rápidamente. ¿De qué hablaba aquel hombre?
***
A la hora del almuerzo todos estaban en la cafetería, pero Jane hablaba con su padre.
-         Papá- susurró- Hay algo que tengo que decirte.
-         ¿Sí?
Le iba a decir. Que se lo había confesado a Cameron. Que ella había curado a Anna, pero no la había atacado. Que había alguien más en el internado como ella, y que el profesor Lown parecía saber sobre eso. Aunque estaba en su puesto número uno de sospechosos.
Pero no pudo. Se le atoraron las palabras y sintió pavor.
-         Tengo novio- fue lo único que salió.
Su padre reaccionó de una manera muy extraña.
-         ¿Sí? ¿Quién?
-         Cameron.
La felicitó, pero le dio una larga charla sobre cuidado.
Salió de ahí mareada.
Y entonces escucho ruido.
Susurros.
Se acercó, sospechando que podría ser aquel misterioso brujo.
Pero lo que vio la dejó helada. Y muy sorprendida.
Eran el profesor Lown y el profesor Lancaster besándose.
No estaban fuera, los vio por la ventana del dormitorio.
Eran ellos los que debían tener cuidado. Alguien podría verlo, y podría no ser de mente abierta. Les dirían a sus padres y ellos acabarían despedidos.
Comenzó a darse la vuelta y fingir que no había escuchado nada cuando el profesor Lancaster la llamó.
-         Jane- su voz sonaba como un intento de seguridad, pero temblaba.
La chica volteó, pálida.
Ya estaban ambos afuera del dormitorio.
-         No puedes decirle a nadie- le advirtió el profesor Lown.
-         No lo haré- se encogió de hombros.
-         Promételo.
-         Lo prometo- dijo, extrañada- Sé que no tiene nada de malo que dos hombres se amen pero comprendo que los pondría en un riesgo. Prometo no decir nada.
Ya se iba cuando el profesor Lancaster le dijo casi en un susurro:
-         Si dices algo recuerda que no somos los únicos con un secreto.
Y se marcharon.
***
Lo sabían.
El profesor Lancaster y el profesor Lown lo sabían todo.
Debían de haber escuchado su conversación con Cameron mientras se escondían para besuquearse.
Suspiró, enojada.
Ahora había tres personas que lo sabían.
Mientras sentía un vacío en el estómago pensaba en todas las consecuencias traerían.
Y se quedó dormida.
***
Mierda.
¿Dónde estaba?
Estaba completamente segura de no haber estado ahí antes.
Podía ver casi toda la escuela.
Entonces escuchó un sollozo que le puso los pelos de punta.
Skylar estaba sentada en el borde de la azotea mirando hacia abajo.
Eran las tres de la mañana, y contemplaba el cielo estrellado.
-         Sky- susurró- ¿Pasa algo?
La chica volteó y se limpió las lágrimas.
-         Jane… ¿Cómo llegaste aquí? Yo… no te vi llegar.
-         Ni yo- susurró Jane para sí misma.
Se sentó al lado de su amiga.
-         ¿Ocurre algo?
La chica negó con la cabeza.
Jane la tomó de la mano.
-         Puedes decirme lo que quieras.
Una chispa se vio reflejada en los ojos de su amiga, quién comenzó a hablar.
-         Yo… solía tener depresiones severas hace un par de años. Venía mucho aquí y pensaba en lanzarme.
Jane se cubrió los labios, nerviosa.
-         Un día lo intenté- la voz de su amiga se entrecortaba- Gracias a Dios alguien me detuvo y me mandaron a rehabilitación. Luego conocí a Thomas, y cambió mi vida radicalmente. Es sólo que hoy discutimos.
-         ¿No estarás pensando en lanzarte o sí?
-         No- Sky sonrió- Es sólo que se volvió costumbre venir aquí cuando me encuentro triste.
Jane abrazó a Sky y le dijo que podía contar con ella para lo que quisiera.
Sky se durmió en el hombro de Jane, quién, con un poco de magia, la llevó a su dormitorio.
***
Cuando Jane iba camino a su dormitorio vio una sombra esperándola en la puerta.
-         ¿Hola?
Entonces escuchó una voz que le puso los pelos de punta.
-         Voy a matarte.

CONTINUARÁ…